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Traveler young friends walking with luggage

Como mujer que viaja sola, conozco las alegrías y desafíos que vienen al explorar el mundo por mi cuenta. Por mucho que ame ver el mundo, siempre hay una pequeña voz en mi mente que me dice que estoy haciendo algo muy arriesgado. ¿Por qué? Pues precisamente por el simple acto de viajar sola como mujer. 
 

Cuando estaba pensando en escribir para el blog acerca de la seguridad al viajar sola, recopilé una lista de más de 140 consejos para compartir con viajeras. Mientras leía la lista, me di cuenta de que los hombres sólo tienen que preocuparse por tal vez 10 de esos consejos de seguridad. Pensemos en lo agotador que es estar constantemente pendiente de nuestra seguridad. 
 

Seamos realistas. Puedo dar consejos de seguridad a las mujeres para que modifiquen sus comportamientos mientras viajan para mantenerse seguras hasta que me quede sin aliento. Pero la verdad es que nunca parece que enfrentamos o hablamos sobre quién es la fuente y causa del miedo que experimentamos las mujeres cuando pensamos en viajar solas por primera vez. La sociedad nos recarga a las mujeres con la responsabilidad total de nuestra seguridad y nos culpa cuando una mujer es víctima de algún incidente. A menudo escuchamos comentarios como: "No llevaba la ropa adecuada, probablemente estaba bebiendo, no debería haber estado en la fiesta con sus amigos, no debería haber estado caminando sola a casa tarde del trabajo por la noche, no debería, no estuviera,etc."
   

Pregúntale a cualquier mujer, y te dirá que tiene un miedo constante de ser agredida o atacada. Este miedo puede ser paralizante para algunas mujeres, impidiéndoles tomar ciertos "riesgos". Viajar sola es uno de los riesgos que muchas mujeres evitan para reducir las posibilidades de ser atacadas mientras visitan un lugar desconocido. 
 

El temor a la violación y al asalto permea nuestras vidas diarias. 
 

Ejemplos de cómo este miedo invade nuestras vidas diarias: 

Hay muchas modificaciones de comportamiento que las mujeres hacen a diario para evitar el riesgo de agresión o violación.

Algunos ejemplos de esto son: 

Sostenemos nuestras llaves de una manera particular en caso de que alguien nos ataque. Evitamos usar ambos audífonos mientras caminamos o corremos porque siempre necesitamos escuchar lo que sucede a nuestro alrededor. Evitamos estar solas después del anochecer o caminar cerca de grupos de hombres. Cambiamos nuestras rutas o tomamos diferentes medios de transporte para variar nuestras rutinas. Evitamos el contacto visual o interacciones con un posible agresor.  

A pesar de que los hombres tienen un mayor riesgo de ser víctimas de un crimen violento a manos de otro hombre, el miedo a ser violadas o agredidas típicamente no es un temor con el que los hombres viven a diario.  

Es crucial recordar que estos comportamientos no son soluciones al problema de la agresión y el acoso. Son respuestas a una sociedad que no ha abordado completamente el problema. El enfoque debe estar en manejar y prevenir las causas fundamentales de estos comportamientos en lugar de cargarle a las mujeres la responsabilidad de protegerse.

Fui acosada sexualmente durante uno de mis viajes

Permíteme contarte una historia personal que resalta el verdadero miedo y los desafíos que enfrentamos las mujeres al viajar solas. Anteriormente he sido acosada sexualmente, pero este incidente destrozó mi sentido de seguridad y confianza. Sucedió durante mi viaje a Antigua, Guatemala, en Junio de 2022. Quiero aclarar que esta experiencia no representa a todas las personas de un lugar. No impacta mi opinión de las personas de ese país tan hermoso. Sin embargo, sirve como un fuerte recordatorio de los peligros que las mujeres podemos enfrentar al explorar el mundo solas. El acoso sexual sigue siendo una realidad demasiado común para las mujeres en todo el mundo, infiltrando nuestras experiencias diarias con miedo e incomodidad. Es indignante que tal comportamiento dañino e inaceptable aún prevalezca, a pesar de que nunca debería ser considerado normal o tolerado. 

De vuelta a la historia

Después de una divertida noche con amigos, me acompañaron de regreso a mi hotel y me dejaron en la puerta principal del hotel. Me esperaron hasta que me abrieron y se fueron cuando pude ingresar al hotel. Estaba lloviendo a cántaros y hacía frío, así que estaba ya con ganas de darme una ducha caliente y descansar. Había llegado a Antigua esa noche alrededor de las 8:00 PM, después de estar atrapada en un trancón que duró 4 horas desde la Ciudad de Guatemala y en medio de un aguacero. Cuando por fin me registré en el hotel, me asignaron una habitación en la parte de atrás del hotel y no le di importancia. Los hoteles de Antigua son conocidos por su encanto colonial antiguo, con patios al aire libre adornados con hermosas flores rodeando las fuentes de agua.  

Mientras caminaba hacia mi habitación, me sentía segura. Estaba pensando que ojalá el clima mejorara por la mañana para poder ver bien la ciudad desde cualquier mirador. Pero poco sabía que esta noche se convertiría en una de las noches más largas y escalofriantes de mi vida.

Estaba absorbida en mis pensamientos, y lo último en lo que pensaba era en vivir un acoso sexual. Al llegar a mi habitación e intentar poner la llave en la puerta, sentí la presencia de alguien detrás de mí; nunca lo escuché acercarse apresuradamente. La lluvia intensa enmascaró cualquier sonido de pasos detrás de mí.

Me di la vuelta rápidamente y me encontré al empleado del lobby del hotel, quien momentos antes me había abierto la puerta principal del hotel. Este hotel no tenía tarjetas magnéticas para abrir la puerta principal automáticamente fuera del horario de atención. 

What happened next left me speechless and enraged… 

No parecía estar borracho, pero balbuceaba torpemente al intentar entablar una conversación muy extraña. Comenzó a hacer preguntas irrelevantes sobre la lavandería. ¡A las 12:30 AM! Me pareció extraño, y cuando le pregunté qué quería, rápidamente recurrió a ser inapropiado. Admitió estar interesado en mí cuando me registré en el hotel y vio que era una mujer que viajaba sola. En un momento de maldita audacia, me preguntó si quería compañía esa noche porque sabía que yo estaba sola.

Permanecí allí durante 2 segundos, con emociones que iban desde la ira hasta el miedo. Decliné firme pero educadamente sus avances, con el puño cerrado y mi llave del hotel sostenida lista para servir como un arma improvisada si fuera necesario. Trate de evaluar su altura y peso en comparación con el mío por si me atacara. Estaba furiosa de que aún en esta situación, tuviera que ser educada para evitar que las cosas se tornaran más peligrosas.  

Después de mis rechazos y unos segundos más que parecieron una eternidad, él se fue, y rápidamente me atrincheré en mi habitación, sintiéndome totalmente insegura y violada.  

Cuanto más pensaba en lo que había sucedido, más crecía el miedo y la ira dentro de mí. Después de todo, este era un empleado del hotel con copias de llaves que podían acceder a mi habitación. Pasé horas buscando en cada rincón de mi habitación para ver si había cámaras escondidas.  

Me pasé la noche entera sin dormir llena de ira e incertidumbre. No había teléfonos en las habitaciones, la falta de señal en el celular y la falta de ayuda cercana aumentaba mi sensación de aislamiento. Estaba en la última maldita habitación al fondo del hotel, y no había visto a nadie en las habitaciones vecinas. Todas las luces estaban apagadas, y la entrada a mi habitación estaba oscura. Fue la combinación perfecta para una situación aterradora y vulnerable que me hizo cuestionar mi deseo de viajar por el mundo.  

Después de una noche sin fin, comencé a prepararme para el día. Eran aproximadamente las 6:30 AM. Estaba duchándome cuando escuché un golpe en mi puerta. No abrí la puerta y pregunté quién era, sin que me respondieran. Miré por la ventana de la habitación, y allí estaba él. El mismo hombre de la noche anterior. En mi puerta.  

Agresivamente le pregunté qué quería sin abrir la puerta. Él dijo que quería disculparse. Dijo que había estado bebiendo (mientras trabajaba) y que los eventos de la noche anterior nunca debieron haber ocurrido.  

Le dejé claro que su comportamiento era inaceptable y que no tenía ningún interés en hablar o interactuar con él. Sintiéndome angustiada y ansiosa, salí del hotel alrededor de las 7:30 AM. Intenté ir a la recepción, esperando que su turno hubiera terminado, pero terminé sintiéndome vulnerable y enojada porque él seguía siendo el único empleado disponible en ese momento; yo quería reportar su comportamiento con un gerente. A lo largo del día, mi enojo y frustración persistieron y afectaron negativamente lo que debería haber sido un día alegre explorando una nueva ciudad.

Horas después, regresé al vestíbulo del hotel para informar al personal del incidente. Esperaba que el turno eterno de este hombre finalmente hubiera terminado. Afortunadamente, esta vez había una joven en la recepción. Ella escuchó con empatía y prometió tomar medidas para garantizar mi seguridad. Me hizo preguntas para ayudar en la investigación y lo reportó a los gerentes. En el proceso, pedí que me cambiaran a otro hotel porque mencionó que él trabajaría solo en el turno nocturno.  

Después de muchas llamadas telefónicas, dijo que no había disponibilidad en ninguno de los hoteles hermanos de la propiedad. Me puse muy nerviosa. Comencé a buscar otros hoteles y, para mi sorpresa, no pude encontrar nada adecuado en mi rango de precio. Ella hizo algunas llamadas más y luego me dijo que notificaría al acosador que su horario sería cambiado. Esto me puso un poco más tensa. Pensé que esto le indicaría a él que yo había reportado su comportamiento y temí alguna represalia.  

Estuve inquieta e incómoda durante mi segunda noche, temiendo encontrarme nuevamente con el acosador. Finalmente, llegó la mañana y pude dejar el hotel sin volver a ver a esta persona.  

El Desenlace

En las semanas siguientes, seguí comprometida con buscar justicia y proteger a futuras viajeras de experiencias similares. No podía dejar de pensar en lo agradecida que estaba de que él no llevara un cuchillo. Pensaba en mujeres más jóvenes. ¿Y si hubiera sido una adolescente? ¿Cómo habría enfrentado esta situación? Escribí muchos correos electrónicos al hotel y los llamé repetidamente, exigiendo que tomaran medidas adecuadas. Finalmente, después de varias semanas, me informaron que habían revisado las grabaciones de seguridad y que habían visto cómo el me seguía por el pasillo. El empleado fue despedido.  

¿Me sentí victoriosa? 

Si bien este incidente llevó a su despido, nadie sale victorioso aquí. La realidad es que despedir al individuo responsable del acoso no necesariamente corrige su comportamiento ni previene incidentes similares en el futuro. El problema radica en las normas y actitudes sociales omnipresentes que perpetúan el maltrato a las mujeres. 

Simplemente eliminar a una persona no aborda el problema en su núcleo.

Es frustrante pensar que este hombre podría encontrar empleo en otro lugar y repetir sus acciones dañinas con otra mujer desprevenida. Sin tratamiento y sin consecuencias, esto podría alentar al acosador a continuar su comportamiento peligroso. Podrían dirigirse a otras personas vulnerables, poniendo a más mujeres en riesgo de acoso o agresión. Esta experiencia me ha hecho darme cuenta de que debemos ir más allá de las consecuencias aisladas y centrarnos en fomentar un cambio cultural más amplio que fomente el respeto, la igualdad y la responsabilidad para todos.  

Podemos crear un mundo más seguro para las mujeres viajeras a través de esfuerzos colectivos y un compromiso para desafiar los comportamientos tóxicos.

¿Cómo pueden los hombres crear un mundo más seguro para las viajeras?

Esta publicación de blog es una conversación directa con los hombres, sobre cómo pueden asumir la responsabilidad de promover viajes más seguros para mujeres como yo, que queremos explorar el mundo. Así que toma asiento y tengamos una discusión abierta y honesta que, con suerte, pueda generar algún cambio positivo. Podemos crear un mundo más seguro para las viajeras a través de esfuerzos colectivos y un compromiso para desafiar comportamientos tóxicos.

  • Es hora de educarse sobre las preocupaciones específicas de seguridad que enfrentan las mujeres en diferentes regiones y culturas. Comprender estos matices te ayudará a abogar mejor por el cambio y contribuir a un entorno de viaje más seguro para todos. Examina de cerca las realidades que enfrentamos las mujeres mientras viajamos solas. Reconoce la prevalencia del acoso y la violencia y comprende que tu comportamiento y acciones pueden contribuir o prevenir tales situaciones. El conocimiento es poder, y es tu responsabilidad estar consciente e informado..

  • Habla en contra de comportamientos y actitudes tóxicas que perpetúan el maltrato a las mujeres.Llama la atención de tus amigos o compañeros cuando se comporten de manera irrespetuosa o hagan comentarios inapropiados.

  • No te quedes de brazos cruzados.Si presencias algún acoso o sientes que una mujer está incómoda, interviene de manera segura evaluando la situación y ofreciendo tu apoyo. Muestra solidaridad y hazle saber que no está sola. Tu intervención puede marcar una gran diferencia y evitar que una situación peligrosa empeore. Si es peligroso intervenir, llama a las autoridades para que puedan ayudar.

  • Aunque pueda ser difícil, sumérgete profundamente en tu comportamiento. Reflexiona sobre cómo tratas a las mujeres y examina cualquier sesgo o prejuicio que puedas tener. Sé responsable de tus acciones y comprométete a ser respetuoso y solidario con las mujeres en casa y en el extranjero.

  • Usa tu voz e influencia para promover la igualdad de género en los viajes y en todos los aspectos de la vida. Apoya iniciativas para crear espacios más seguros para las mujeres, desafía prácticas discriminatorias y exige responsabilidad para aquellos que perpetran daño. Cuestiona la idea de que las mujeres necesitan protección o supervisión constante mientras viajan. Confía en nuestras habilidades y respeta nuestra autonomía. En lugar de asumir un papel paternalista, sé un aliado y defensor de igualdad de oportunidades y libertad para que las mujeres exploren el mundo según sus propios términos.

  • Escucha nuestras experiencias, preocupaciones y necesidades. Trabaja activamente para comprender los desafíos que enfrentamos y busca soluciones.

  • Ten empatía hacia las mujeres que expresan sus sentimientos de inseguridad.Solo porque el acoso que enfrenta una mujer no te afecte directamente, no significa que no ocurra con frecuencia.

  • Considera el concepto de privilegio y cómo se relaciona con los viajes. Es crucial reconocer que, como hombres, a menudo tienen ventajas inherentes en términos de seguridad mientras viajan. Reconocer este privilegio es fundamental para fomentar un entorno más seguro para las mujeres. Toma un momento para reflexionar sobre los privilegios que puedes experimentar durante tus propias aventuras de viaje. Pregúntate a ti mismo: ¿Alguna vez me he sentido inseguro o vulnerable durante mis viajes cuando he estado solo? ¿Alguna vez me han silbado, acosado o hecho sentir incómodo en un lugar extranjero? Tus experiencias pueden ser diferentes de las de las mujeres. Esta conciencia no pretende hacerte sentir culpable, sino inspirar un cambio positivo.
  • Sé el modelo a seguir que necesitamos en la comunidad de viajes y más allá. Muestra a otros hombres lo que significa ser respetuoso, solidario y responsable. Lidera con el ejemplo. Recuerda, esto no se trata de culpar a los hombres o señalar con el dedo. Se trata de reconocer las disparidades existentes y asumir la responsabilidad de fomentar espacios más seguros. Te animo a entablar conversaciones con viajeras y escuchar sus perspectivas siempre que sea posible. Empodéranos para compartir nuestras historias, desafíos y triunfos. Amplifica nuestras voces y crea plataformas donde nuestras experiencias puedan ser escuchadas y reconocidas.
  • Por último, recuerda que crear un ambiente seguro para las mujeres va más allá de los viajes. Requiere abordar cuestiones más amplias de desigualdad de género, discriminación y violencia en la sociedad. Aboga por la igualdad de género en todos los aspectos de la vida, desafía normas y estereotipos dañinos y promueve una cultura de respeto, consentimiento e inclusividad.

La responsabilidad recae en ti para crear un entorno de viaje más seguro y más inclusivo para las mujeres. Puedes tener un impacto significativo al implementar activamente los pasos mencionados en este artículo. Desafiemos comportamientos y actitudes tóxicas. Las mujeres merecen el mismo derecho a explorar el mundo sin temor por su seguridad. Mi experiencia, y la de innumerables mujeres, me han hecho darme cuenta de que debemos ir más allá de las consecuencias aisladas y centrarnos en fomentar un cambio cultural más amplio que promueva el respeto, la igualdad y la responsabilidad para todos.
 

Por favor, comparte tus pensamientos y continuemos la conversación en los comentarios.


Conoce a Maribel, La Reina de los Viajes, una sobreviviente que convirtió su trayecto contra el cáncer en una fuente de inspiración para otros viajeros. Únete a ella mientras explora intrépidamente el mundo, demostrando que la vida después del cáncer es un testimonio de la resiliencia y el poder de vivir plenamente.

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